La Vida

POR ignasi Riera
09/11/2022

Joven de 20 años desaparecido por la zona del estanque de Sils 

El viernes leí este titular en el periódico.

La asociación de Defensa Forestal de la comarca de La Selva se desplazó a la zona de Sils para participar en la búsqueda.

Cuando saltan estas noticias, uno se estremece y piensa:

   -   “Que fina es la vida que en una décima de segundo cambia todo.”

Uno piensa en los familiares del desaparecido, en sus hermanos, sus padres, …  Y su impotencia de no acertar a encontrarlo al momento.

En este momento todos quisiéramos tener la barita mágica de ver lo que paso, para saber dónde está y localizarlo para poder auxiliarlo.
A medida que pasa el tiempo y el joven no es localizado, la esperanza y el miedo se instalan en la mente de uno, según que desenlace nos imaginamos, penetrando un sufrimiento que se hace insoportable.

 Y uno se pregunta sin encontrar respuesta:

   -   “¿cómo es posible que el universo permite que esto ocurra?.”

Ayer, sábado, localizaron el vehículo con el peor resultado posible … Y el dolor se me metió dentro de mi corazón:

   -   ¡Nooooo! -Chillé- ¡Un joven de 20 años, ¡¡¡NOOOOOO!!!

Al momento me avisan que el joven es hermano de un amigo mío, de la misma edad de mi hijo menor y creo que compañeros de escuela suya, da igual … Me hundí … El dolor se convirtió en rabia e impotencia …

   -   ¿Cómo es posible que esto suceda? ¡Antes mi vida que la vida de un hijo mío! – fue mi pensamiento

En estos momentos es prácticamente imposible dejar de pensar en la injusticia más grande cometida a un joven de 20 años.
En estos momentos la ira, la desesperación, la impotencia, la rabia, …  Nos secuestran y nuestros pensamientos nos meten en un callejón lleno de preguntas:

   -   ¿­Por qué ha sucedido? ¿Por qué él? ¿Por qué nosotros?  Todas ellas preguntan sin respuesta …
Y nos quedamos sin respuestas y con la rabia que no nos deja ver.

Necesitaremos tiempo y no lo queremos. Queremos a nuestro hijo y tener la libertad de elegir.

Qué difícil es mirar adelante y encontrar respuestas que den sentido a nuestras vidas.
Prácticamente imposible cuando atrás se queda parte de nuestra razón de ser.
Y ¿por qué no?

Por qué no él, que es parte de nosotros, continúe siendo parte de nuestra razón, de ser, de nuestras vidas …